miércoles, 9 de marzo de 2011
¿Cuestión de física o química?
miércoles, 2 de marzo de 2011
Récords muy curiosos

A continuación os presento algunos récords conseguidos por personas capaces de hacer cosas que parecen imposibles. La verdad es que alguno son realmente sorprendentes. Espero que os gusten y los disfrutéis.
Un francés llamado Michel Lotito tiene varios registros en el libro de los Record Guiness por su afición a comer todo tipo de cosas extrañas. Ha sido capaz de comerse 18 bicicletas pero eso no es nada comparado con la avioneta Cessna 150 que comió, sin duda su mayor logro. Y yo me pregunto, ¿Le será muy difícil hacer la digestión?
La estadounidense Louise Hollis tiene el récord por poseer las uñas de los pies más largas. Sus uñas llevan desde el año 1982 creciendo sin parar. Entre las diez suman 2.21 metros. ¿Encontrará unos zapatos a su medida?
Aunque os parezca un poco desagradable, el hombre con los pelos de las orejas más largos del mundo existe. Miden 25 centímetro. El hombre vive en la India, su nombre es Radhakant Bajpai.
David Blaine fue capaz de contener la respiración nada más y nada menos que 17 minutos y 42,5 segundos. Además de este logro, Blaine pasó enterrado una semana en un féretro transparente en Nueva York y más de un mes suspendido en una caja de vidrio sobre el río Tames en Londres.
La probabilidad de que te caiga un rayo es de una en tres mil o eso es lo que nosotros pensabamos. Para Roy C Sullivan, de Virginia (Estados Unidos) la probabilidad es bastante alta dado que el séptimo rayo que le alcanzó fue en el 1977.
Charles Osborne uvo un ataque de hipo en 1922. Tardó 68 años en quitárselo, en febrero de 1990. Durante las primeras décadas Osborne tenía 40 hipos por minuto, pero luego se redujo a 20 por minuto en los últimos años.
El 22 de julio de 1971, el doctor Gennaro Montanino en Italia, extrajo 15 fetos (10 femeninos y 5 masculinos) del vientre de una mujer de 35 años. Un medicamento para la fertilidad fue la responsable del incidente.
En abril de 2003, Don Winfield, de Canadá, produjo 4.504 piedras en su riñón, con tamaños que variaban entre el de un grano de arena y el de un guisante. Eventualmente, el órgano fue extirpado.Winfield afirmó que produjo 22 piedras en 24 horas y 35 en cinco días.
El tumor más grande del mundo pesó 23 kilogramos. La paciente que ingresó pesando 140 kg salió pesando 23 kg correspondientes al sarcoma gigante. La paciente ha tenido una excelente recuperación y el tumor aun permanece bajo estudio.
El hombre más bajo: He Pingping, se hizo con el record al morir Nelson de La Rosa que lo llevaba midiendo nada más que 74 cm. Una curiosidad, es que vive en la misma zona de China, donde está, el hombre vivo más alto.
Melvin Feizel Boothe (Estado Unidos) posee las uñas más largas del mundo. En total miden 9 metros y 31 cm de largo, desplazando a Lee Redmon, que ostentaba el record con 7,51 metros de largo.

Existen una gran cantidad de actos que realizamos cotidianamente en nuestras vidas, a los que probablemente apenas prestamos atención, y estamos tan acostumbrados a realizarlos que ni siquiera reparamos en las consecuencias físicas y mentales que estos actos pueden provocarnos…
Ha quedado demostrado científicamente que actos tan simples y comunes como puede ser por ejemplo besarnos, nos provoca una sensación de relajación y bienestar mental que nos aporta serenidad y estabilidad en nuestras vidas. Y puede resultar absurdo, porque uno puede preguntarse: “¿Qué teoría científica es capaz de establecer que nuestra salud física y mental está relacionada con la cantidad de besos que damos a lo largo del día?”, ¿curioso, no?
¿Sabían ustedes que besarse está catalogado como ciencia?, y es que así es, la ciencia de los besos tiene nombre: filematología.
El cortisol es la hormona que provoca el estrés, los niveles de cortisol quedan disminuidos por los besos, según afirma Helen Fisher, científica de la Universidad de Rutger.
Y es que el dicho “un buen beso es cuestión de química” no podría ser más cierto. La saliva de los hombres contiene testosterona, que es la hormona sexual masculina, del mismo modo que la saliva femenina contiene estrógenos, hormonas sexuales femeninas. Quedando demostrado de este modo, que la saliva contiene hormonas sexuales y por lo tanto esta es la razón de que los besos nos exciten. Claro que siempre hay personas que nos excitan más que otras, y este hecho también puede explicarse científicamente, ya que no todas las hormonas se “toleran” entre sí de la misma forma.
Esta serenidad, y bienestar que nos aportan los besos fomenta, además, nuestra creatividad según la conclusión establecida por Ruby Nadler.
Pero en este caso no sólo los besos fomentarían nuestra creatividad, sino nuestro bienestar en general, y nuestro estado de ánimo en particular.
Nadler y otros compañeros de la Universidad de Western Ontario (EE.UU), realizaron estudios con alumnos a los que les “bombardearon” con vídeos cómicos y a otros con vídeos tristes, para después plantearles una situación problemática que tenían que intentar resolver, y quedó demostrado que los alumnos sometidos a vídeos trágicos o depresivos no supieron resolver correctamente la situación que se les planteaba, mientras que los alumnos sometidos a vídeos cómicos fueron capaces de encontrar no sólo una, sino diversas formas de resolver la situación.
¿Sabían ustedes que el simple hecho de dormir con un televisor o una luz encendida nos puede influir de una forma tan negativa hasta el punto de provocarnos depresión?
Estudios de la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU) así lo dicen. El experimento se realizó por el profesor Rand Nelson a dieciséis hámsteres, de los cuales la mitad dormía con total oscuridad y la otra mitad con un nivel de luz proporcional al que emite un televisor. Ocho semanas después los estudios demostraban que los animales que habían estado durmiendo con luz, en la zona del hipocampo de su cerebro poseían menos vellosidades (espinas dendríticas) en sus neuronas, que la otra mitad de los animales que durmieron sin luz. Lo que tenía como consecuencia que la comunicación entre sus células nerviosas se viera reducida.
Los investigadores asociaron estos fenómenos a una hormona llamada melatonina, esta hormona actúa como antioxidante, reduce el ritmo circadiano, (circa: cerca, diles: día), es un ritmo biológico que adoptan los seres vivos en función de las variables del entorno como puede ser la luz o la temperatura, y nos ayuda a conciliar el sueño. La cuestión es que esta hormona sólo la produce el cuerpo en ciertas condiciones de oscuridad.
Es sorprendente lo poco que nos paramos a pensar en la forma en que nos afecta, de una manera u otra, todo lo que hacemos o nos rodea. Y es que el cerebro humano es tan difícil de comprender y entender que hace que se nos antoje como ilógico su comportamiento.